lunes, marzo 12, 2007

Si el martes fue un día de verdades, la madrugada del domingo fue el día de deseos cumplidos que se habían tardado en llegar.
Escuché palabras que nunca pensé escuchar; pues estaba convencida de que si existían, sólo era en mi muy loca imaginación.
Volví a abrazarte y a tomar tu mano, y pareció que eso era suficiente para este complicado y simple amor que siento por tí.
Decirte "TE AMO" no estuvo cargado de angustia, culpa, enojo y tristeza; y al ser así, por primera vez fue todo lo que tenía que ser.
Si tan sólo las cosas pudieran ser tan sensatas... pero qué bueno que no lo son, porque a veces es necesaria la insensatez de la locura que me hace amarte de la forma en que lo hago.
Diana

1 comentario:

Pedro M. Martínez dijo...

Pues nada, muy bien, disfrútate.
Ámale sin culpas.