Si el martes fue un día de verdades, la madrugada del domingo fue el día de deseos cumplidos que se habían tardado en llegar.
Escuché palabras que nunca pensé escuchar; pues estaba convencida de que si existían, sólo era en mi muy loca imaginación.
Volví a abrazarte y a tomar tu mano, y pareció que eso era suficiente para este complicado y simple amor que siento por tí.
Decirte "TE AMO" no estuvo cargado de angustia, culpa, enojo y tristeza; y al ser así, por primera vez fue todo lo que tenía que ser.
Si tan sólo las cosas pudieran ser tan sensatas... pero qué bueno que no lo son, porque a veces es necesaria la insensatez de la locura que me hace amarte de la forma en que lo hago.
Diana
1 comentario:
Pues nada, muy bien, disfrútate.
Ámale sin culpas.
Publicar un comentario