domingo, mayo 03, 2009

¿Un adiós?

Me detengo súbitamente después de semanas de movimiento sin dirección. Me encuentro parada en el límite del infinito abismo del que intentaba huir. Esperándome ahí siguen todas aquellas emociones confusas que no puedo resolver. Está tu recuerdo inmerso en cada respiro que doy. Cada respiro se vuelve profundamente doloroso, recordándome que sigues ahí. No has partido, simplemente me dí la vuelta pretendiendo tu desaparición. Mi corazón partido en mil pedazos, que por años he tratado de pegar. Es imposible de reparar aquí en este instante y en este lugar. Mil partes distintas en mí que parecen no tener nada en común excepto tú. Mil lágrimas, mil sonrisas, mil "te amo", mil "te extraño" que nunca llegaron a tí. Estabas y nunca estuviste, huiste pero nunca dejaste de estar. En cada segundo de mi existencia durante estos años siempre respiré de tí. La cuestión no es tan sencilla como la presencia o ausencia de amor y deseo infinitos. Fuí total y absolutamente tuya, una y otra vez, únicamente tuya, una y otra vez. Deseo, maldito deseo que volvía todo tan borroso cada vez que estábamos tan cerca de una verdadera respuesta a todo este enredo. Maldito deseo que volvía todo tan sencillo y tan complicado después de partir. Amor, maldito amor que justificaba todo aquello que me dolía, todo aquello que nos separaba. Tristeza, sabia tristeza, que me protegió incansablemente. Dolor, estúpido dolor, que me alejó una y otra vez. Sigo aquí encerrada, tratando de encontrar sentido a este remolino de sensaciones encontradas sin pensar que el único sentido se encuentra inmerso en la abstracción de lo indescriptible, en lo ilógico de este viejo, cansado, terminado e inolvidable amor.
Diana

1 comentario:

aidee dijo...

muda he quedado al leer tus palabras, pareciera que me regreso a tres años atras mi vida, asi estaba, desolada, negra, sin ilusiones, con los sentimientos reboloteando mis entrañas, sin poner orden entre ellos, felicidades, no se si estas sintiendo realmente lo que escribes o simplemente los vez pasar de lejos, a lo largo de tus allegados pero la verdadera escencia la tiene tu alma