Un manto negro cubierto de luces plateadas fue nuestro refugio.
Las olas rompiendo sobre la arena, nuestra orquesta.
Mire el amanecer de tus ojos.
Contemple el ocaso de mi soledad.
La realidad se desvaneció entre tus manos.
El silencio calmó mi ansiedad.
Mis sueños perdidos entre las nubes buscaron paso a paso tu caminar.
Extraviado sin rastro alguno, tu aroma volvía a mí.
El viento sopló fuertemente, pretendía llevarme hacía tí.
Perdida entre las huellas de tu memoria, no te logré jamás encontrar.
Imaginar nunca pude la salida de mi suspirar
Nunca pensé encontrarte tan cerca de mí...
Mas nunca pensé en buscarte dentro de mí
Diana
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