
El viento se transformó en susurros que rozaban suavemente mis oídos. Sin saber cómo, lo único que comencé a sentir era la ternura de tus dedos acariciando mi cabello, el calor de tus labios despertando los míos, la fuerza de tus brazos permitiéndome ser débil.
Por un momento pensé que me perdería en el momento. Estaba dispuesta a dejar que el viento me tomara entre sus brazos y me envolviera entre las hojas que la vida desechaba.
No tardé mucho en darme cuenta que eso no estaba tan alejado de la realidad. Segundo a segundo vives en mí y en el mundo que me has creado con el fin de no dejarme despertar del maravilloso sueño que eres TÚ...
Diana
...lo único que quiero hacer es quererte
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