Incitada por la esperanza de que esas palabras que hacía un rato no oía fueran ciertas, me dejé llevar por caminos que creía ya estaban olvidados.
Mientras mis pies rozaban piedras que les eran conocidas, yo seguía sin entender por qué ese lugar me era familiar.
Seguía dando pasos sin dudar de mi camino y con la certeza de que esta vez, fuera la primera o la milésima, llegaría a aquél lugar al cual siempre había anhelado llegar.
Conforme más me acercaba a lo que yo creía era el final, el camino mostraba ser infinito. Al parecer nunca sabría si estaba a punto de llegar o si me restaba una eternidad de viaje sin final. De repente, esa emoción que no me abandona ni en sueños se apoderó de mí una vez más.
Todo fue claro, en ese momento recordé todo. Recordé dónde estaba y qué estaba haciendo ahí. Lamentablemente fue demasiado tarde.
El no percatarme a tiempo de que me encontraba en el mismo sitio, no me permitió esquivar esa piedra que viaje tras viaje impide mi llegada a ese, tal vez hipotético, final.
Diana
2 comentarios:
I like it! Keep up the good work. Thanks for sharing this wonderful site with us.
»
I'm impressed with your site, very nice graphics!
»
Publicar un comentario