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domingo, mayo 27, 2007

Un puñado de tí...

Parada de frente al mar con un puñado de arena entre mis manos. La sostengo con las palmas hacia arriba esperando que el viento la sople entre mis dedos, acariciando aquello que compartimos. No hay viento pero separo mis dedos y la dejo resbalar lenta y dolorosamente entre ellos. Algunos granos de arena se aferran a la superficie de mi piel, los sopló delicadamente, tratando de susurrar palabras de amor mientras lo hago. Veo caer los últimos rastros y una lágrima cae por mi mejilla. La seco y sonrio, sé que estaba aferrada a ese puñado de arena, tanto como esos últimos granos se aferraron a mí. Ahora dejé volar aquél último suspiro de tí, te dejo volar a tu destino. Aún no sé si éste son mis manos, estoy ansiosa por saberlo, pero la única forma de saberlo era dejándote escapar...
Diana

domingo, marzo 25, 2007

La Noche de mis Sueños

Inicio: lunes 25 de septiembre del 2006 (12:51 pm)
El viento empujó la ventana dejando entrar un cálido aire que transportaba el dulcísimo aroma del mar. Yo, recostada en mi cama, víctima de mis sueños recurrentes, me encontré súbitamente inmersa en un nuevo lugar, que en realidad no era tan nuevo pues simplemente estar ahí provocaba la más inocente sonrisa, que a la vez era provocada por la más tranquilizante felicidad. Por obra de los recuerdos tu imagen llegó a mí, fue tan repentino este suceso que logró sacarme del mundo de las fantasías y volverme al mundo terrenal.
Desperté llena de incertidumbre, pues no entendía lo que acababa de suceder. Mas la calidez que invadía el cuarto no tardó en regresar esa hermosísima sensación de pertenencia que sólo tú producías en mí. Saqué mi cuerpo de las sábanas, cosa que me permitió sentir con más intensidad la extraña atmósfera que había sustituido la monotonía de la helada soledad.
Caminé hacia la ventana y asomé mi cabeza. Para mi asombro, la noche era perfecta, el cielo completamente negro cubierto de estrellas y un silencio cautivante interrumpido por pequeñísimas ráfagas de viento, fenómeno totalmente ajeno a una ciudad donde el ruido y un cielo siempre gris producto del exceso de vida son la cotidianeidad. La luna era también perfecta, un foco redondo y blanco reinando sobre un mundo de eterna obscuridad.
Me perdí por un tiempo en la melancolía de la ausencia y la felicidad de mi sola existencia. Conforme pasaban los minutos y los intensos recuerdos acompañados de su respectiva emoción saturaban mi cuerpo, vi al cielo dibujando formas con líneas parpadeantes color plata.
No pasó mucho tiempo antes de que comenzara a ver un camino brillante que al principio parecía indefinido y poco a poco fue dibujando su ruta hacia mi ventana.
Mi incredulidad y extrema racionalidad me obligaban a pensar en estas alucinaciones como producto de un interminable insomnio que había comenzado semanas atrás. Pero mi insaciable gusto por la fantasía me llevó a trepar por la ventana y a comenzar a trotar por un camino cuyo final no podía vislumbrar.
Supongo que más que mi enorme disfrute de la irrealidad, lo que me llevó a cometer tan impulsivo acto fue la urgencia que sentía por romper la insuperable melancolía que me conquistaba noche tras noche, pero que sin embargo, se había convertido en la única forma de seguirte viviendo, aunque fuese sólo parte de un delirio en el que sólo existías en la inmensidad de los sueños "hechos realidad" por medio de la magia de la mente.
Pero lo importante en esta historia es relatar lo que me aconteció aquella noche, no lo que seguía sintiendo por tí. Tras trepar mi ventana, me quedé unos segundos superando mi miedo a las alturas, pues no estaba segura de que aquel camino fuera tangible. Y el temor no sólo era de caerme, sino de que si aquello ocurría realmente sabría que había entrado al mundo de la irrealidad.
Coloqué lentamente mi pie derecho sobre la superficie plateada, mientras seguía sentada sobre el marco de la ventana. Cerré mis ojos, como niño tocando por primera vez algo que le da miedo, deseando con todo mi corazón que aquello fuera palpable y que aquél camino me llevara de vuelta a tí.
Para mi sorpresa, era tan real como el piso de mi cuarto, y tan cálido como el viento que me había envuelto entre suaves recuerdos. Con toda la seguridad e ilusión de encontrar eso que tanto tiempo llevaba buscando, bajé mi otro pie lentamente y me paré sobre el principio de lo que sería un largo camino. Comencé a dar pasos cortos y lentos, disfrutando la simple sensación del suelo completamente liso y del viento soplando mi cabello como hojas que caen de los árboles y vuelan libres sin destino alguno. Así me sentía yo, libre y frágil, y sin embargo tan completa y segura.
Caminé al mismo ritmo un largo rato, mientras observaba intensamente el movimiento de las nubes quienes dialogaban íntimamente con el viento. El viento murmuraba frases sonoras llenas de musicalidad, mientras las nubes se dejaban llevar por éstas en una danza que denotaba festividad.
Envuelta entre cobijas de suave vapor y destellos de color, el viento me tomó entre sus brazos y me arrojó a volar. A pesar de que no podía ver ni sentir el par de alas que recién habían nacido en mí, no había duda de su existencia, pues flotar en el aire sin alas sería imposible.

Pero ahí estaba yo, suspendida en el aire, viajando sin rumbo, dejándome llevar por lo que el destino me tuviera preparado.
Aunque la incertidumbre y el disfrute de mi sola existencia se habían convertido en algo ahora familiar y extremadamente liberador, deseaba encontrar un fin a mi viaje, necesitaba una explicación de lo que estaba sucediendo y que aquella solucionara mi encrucijado camino y me llevara de una vez por todas hacia tí. Desafortunadamente ninguna de las criaturas vivientes danzando alrededor mío podía darme respuestas puesto que, aunque de cierta manera estuvieran conversando conmigo, no compartíamos el mismo lenguaje o eso es lo que creía en aquél momento.
Tras varias horas decidí quedarme quieta por un rato, así es que busqué la nube más suave y me senté sobre ella. Seguía siendo una noche espléndida, pero la ausencia de alguien con quien compartir tanta belleza seguía hundiéndome en la melancolía. Esta vez me perdí en la blancura del algodón que cada vez invitaba más a refugiarse en él.
Mis ojos buscaban sin descansar aquello que me hacía falta, aunque con cierta resignación, al fin y al cabo la soledad parecía haber sido siempre mi única e incondicional compañera. Eso explica la enorme sorpresa que se llevaron cuando vieron que en lo alto se estaba trazado el contorno de una imagen que comenzaba a romper la soledad. Sin pestañear, se fijaron en esa sola imagen que poco a poco, despejada por el viento, se hacía más clara. Era una criatura tan bella como la luna, mas era tan frágil que temía que se desvaneciera en cualquier momento. La melancolía insuperable que había estado sintiendo de repente encontró un aliado cuyas lágrimas no dejaban de caer por su delicado y desesperanzado rostro. No dudé en volar hacia él.
Cuando retomé mi vuelo algo extraño sucedió a mi alrededor. El algodón se tornó gris y formó una sola masa inmensa cuya vista movía en mí una sensación incontrolable de desolación. El cielo que hasta ese momento no había cesado de entonar dulces melodías comenzó a rugir. El viento soplaba tan fuerte en contra mía que sentí que me arrastraría hasta el fin del mundo. De pronto todo ese despliegue de furia se detuvo y pequeñísimas gotas de agua comenzaron a caer. Me sorprendió que aquella primera gota que sentí resbalar por mi mejilla no estuviera fría, hasta que al seguir su rastro descubrí que venía de mí. Pero las gotas que seguían cayendo también eran cálidas. Fue cuando me dí cuenta que el cambio tan repentino de atmósfera había sido provocado por el insuperable dolor del ser que acababa de encontrar.
Seguí intentando volar hacia él, pero cada vez me era más difícil debido a la intempestuosa lluvia que iba haciéndose más rápida y fuerte. Lo que alguna vez había parecido un rebaño de ovejas, se había convertido en un mar eterno flotando sobre la nada, el cual levantaba olas enormes ante las que a cada segundo estaba más cerca de sucumbir. Mi cuerpo, cansado de luchar durante horas contra aquella desgarradora furia, dejó de moverse. Caí al agua y mis ojos se cerraron. Me sumergí ya sin conciencia de nada.

. . .

Mis ojos se abrieron nuevamente. No lograba descifrar nada a mi alrededor. Pronto, conforme retomé conciencia encontré forma a todo y ví que seguía sumergida bajo el agua. Supongo que varias horas habían transcurrido ya que todo en aquél momento estaba en calma. Saqué mi cara al aire sin saber qué esperar. Nunca imaginé que un paisaje tan hermoso pudiera existir, era un mar infinito cubierto de pequeños diamantes que resplandecían de manera semejante a aquellas estrellas que en un principio me habían cautivado. Sin embargo, seguía siendo un mar desierto. Nadé, tratando de encontrar una superficie menos profunda sobre la que pudiera caminar.
Tras dar unos cuantos pasos me encontré con aquello que había estado tratando de alcanzar. No podía creer lo que veía conforme me dirigía hacía adelante. Ahí estaba! A sólo unos cuantos metros varado sobre una roca, mirando el horizonte perplejamente desolado.

Después de haber ansiado tanto poder acercarme a él, me dí cuenta de que no sabía si quería hacerlo, pues a veces es más perfecto mantener una ilusión que volver las cosas realidad y enfrentarse con la incongruencia entre lo que fantaseamos y lo que es. Tenía miedo de que ese ser huyera, de que yo no fuera real para él y de que nuestra soledad fuera más fuerte que la compañía.

Sin anuncio alguno, volteó su rostro hacia donde yo estaba. Me quedé paralizada, no había decidido aún y, sin embargo, el universo tomó control e hizo que enfrentara mis miedos y viviera aquello que estaba orquestado para mí en la noche que cambió mi vida. Yo seguía sin poder moverme, pero mis ojos en ningún momento se desconectaron de aquellos ojos que me habían desarmado por completo. Voló lentamente hacia mí, con la misma curiosidad que yo lo habría hecho si mis dudas no me lo hubieran impedido.

Sin más, mi reflejo estaba parado delante de mí, pude ver mi miedo, mi tristeza y mi soledad en un otro que no era parte de mí, pero que al mismo tiempo parecía ser lo que yo era. Parecía algo tan ilógico, tan mágico, era el todo y la nada, me sentí llena dentro de un absoluto vacío en el que mi misma alma se había perdido. Me había convertido en la ausencia y totalidad del universo.

Primero perdí los límites de mi cuerpo, era el agua, las estrellas y el viento. Y aunque fue una experiencia un tanto aterrorizante, podía seguir existiendo. Mis pensamientos, mis sentimientos y mis sensaciones eran lo que me definía realmente, perder mi cuerpo, por tanto, no era perderme. Pero cuando esa indiferenciación entre yo y el mundo se extendió a esas partes que aún me permitían SER, fue cuando sentí que desaparecía, pensé que moriría convirtiéndome en nada. Mi angustia se convirtió en llamas, mi llanto se convirtió en tormenta, yo me convertí en estrella, él se convirtió en mí.

Seguía existiendo, pero mi existencia había adquirido una nueva significación, parecida a todo lo que había sucedido en esa noche extraña. Comprendí por qué aquellos extraños fenómenos que habían acontecido durante las horas anteriores, a pesar de ser completamente irracionales me eran tan familiares y significativos. No sólo me pertenecían, es decir, no sólo eran algo un objeto fuera de mí al que yo poseía; sino que eran YO.

Eso hubiera sido suficiente para llenar un vacío o para vaciar un todo tan abrumador. Mas al descubrir mi todo había perdido de vista el elemento que me había motivado a enfrentar todo eso: encontrarte a tí. ¿Dónde estás? ¿Porque aún no puedo verte? ¿Acaso todo este viaje fue en vano? Nada importa sin tí.

La tristeza me invadió por un momento, todo se volvió gris y un poco siniestro. Abrí los ojos y detuve aquella locura a la que creí estaba lista para recibir. Regrese a mi cuerpo. Caminé hacia la arena blanca y tan sólo me recosté. Lloré y me recubrí de gotas abatidas por el dolor, plasmadas de millones de emociones diferentes.

Unas más intensas que otras. Algunas cálidas, algunas heladas. Todo se lleno de colores, todo se llenó de luz. Era sorprendente que el color de la tristeza que tan monocromático me había parecido, ahora estuviera lleno de vida.

Nuevamente me hallé al borde de mi cama, o eso sentí, pues mis ojos ahora estaban cerrados. El mismo aire cálido que me había despertado e insitado a comenzar mi travesìa, había impregnado nuevamente la atmósfera a mi alrededor. Mis sábanas eran una mezcla arenosa que de vez en cuando cubría mi cuerpo de agua tibia impregnada de un olor irresistiblemente alentador, un aroma que ciertamente llenaba mi ser de un amor puro que elevaba mi alma y colmaba mi corazón.

Mientras el agua cubría mi cuerpo, empecé a sentir un cosquilleo en mi piel. Se extendió poco a poco desde los dedos de mis pies, elevándose por mis piernas, rozando mi vientre, mi pecho; acarició mi cuello, sopló uno por uno de mis cabellos. Mis moléculas se extendieron en la inmensidad del cielo, separándose la una de la otra, parpadeando en perfecta armonía. Cada una de sus voces, cada uno de sus destellos creando una orquesta que tocaba una majestuosa melodía.

Fue hasta ese momento que comprendí todo. ¿Cómo pude ser tan incrédula? ¡Siempre estuviste aquí! Aquella brisa, aquel aroma, aquel calor. Aquella sonrisa espontánea, aquel susurro. Aquel camino, aquella luz. Aquella lágrima, aquella plenitud. Aquel todo y aquella nada.

¡Qué ciega fue al pensar que debía encontrarte! ¡Qué sorda fuí! ¡Qué poca fé tuve en tí!

Y fuí YO la que nunca quiso ver, la que nunca quiso oír, la que nunca quiso creer; la que decidió morir. Fuí yo la que decidió desaparecer el mundo y la vida. La que para hacerlo, se arrancó los ojos y vertió lentamente su sangre sobre la arena.

Y fuiste TÚ quien, a pesar de la traición que cometí al dejar de creer en tí, me dio una segunda oportunidad. Decidiste que yo volviera a ver, a oir, a sentir y a vivir. Me diste tu vida. Vaciaste tu sangre sobre mí, regresando el calor a mi cuerpo y a mi alma. Cediste tu vida con tal de que yo me diera cuenta de aquello que había hecho sin darme cuenta.

Y por qué si todo eso es cierto estás aquí... ¿por qué sigues aquí, si yo también lo estoy?

Diana

sábado, junio 24, 2006

Nadie Más que Tú

Sin más preguntas, sin más razones, sin más porqués... A pesar del caos entre nosotros, pareces ser lo único coherente en mi vida... Aunque sé que no estamos juntos, eres lo único a lo que me siento unida... A pesar de que sé que quizá nunca te tendré, simplemente eres lo único que quiero y necesito...
Todo este tiempo he tratado inútilmente de negar el hecho de que deseo estar contigo a pesar de la imposibilidad que eso pareciera representar...
Todo... para darme cuenta de que en algún momento durante estos meses tomé la decisión de AMARTE, y al hacerlo, sin tomar en cuenta lo que es posible y lo que es real, las decisiones empezaron a tomarse por sí solas. Todo me hacía y me hace sentir que no hay nadie más con quien desee estar.
Y sin embargo, me cuesta aceptarlo por miedo a sufrir el dolor de no poder tener a la única persona con la que quiero compartir mís días, mi presente... He tratado de hacerme entender que NO PUEDO AMARTE, cuando en realidad no es que no pueda amarte sino que no me he permitido amarte... SIGO ATADA tratando de no SENTIR el dolor, engañándome al decir que no deseo sentir ya nada más por tí, cuando la verdad es que lo único que quiero es dejarme SENTIR todo lo que has creado en mí, dejarme VIVIR y PERDERME en tí. Y DE CIERTA MANERA LO HE HECHO, sólo que lo he hecho detrás de mi miedo a dejarte estar cerca de mí... a dejarte VIVIR todo lo que me he negado a DECIR...
TE AMO de la forma más REAL que creí poder amarte, dejaste de ser una FANTASÍA, dejaste de ser un SUEÑO, pero aún no has dejado de representar mi IMPOSIBILIDAD... y a pesar de todo simplemente has sido el más DULCE DESPERTAR...
... porque sólo existe una persona a quien puedo decirle
todo esto sin realmente poder expresarle lo que siento
Diana

viernes, junio 09, 2006

WeT, CoLd SaDnEsS...

A drop of water falls over my shoulder and slides throughout my arm.
It freezes my skin and wakes up my otherwise asleep soul.
It seems to be a warning sign.
I feel a drop of wet, cold sadness coming down my cheek followed by a wave of crystal clear water.
I'm suddenly soaked in endless river water.
Separating myself from that immense and strong stream appears to be impossible.
How can something so fragile and stable can be so illogically chaotic?
My tears have become tiny ice diamonds which sparkle beneath the apparently monotonous surface.
Everything seems so bright and yet so death and lonely.
I'm so desperate to find the way out, but the only thing left to do is keep swimming and keep trying to understand...
Diana

lunes, junio 05, 2006

fRaGmEnTaTiOn

Today I woke up feeling so free, so strong, so ALIVE.
I was feeling a kind of inner peace I haven't felt in years.
The air was coming into my lungs and becoming a part of me.
My emotions, for once, were also a part of me.
I was living every single sensation coming from outside and inside of me as a whole.
I was a whole.
Unfortunatedly, it didn't last long.
You appeared from nowhere and everything started falling apart.
I felt myself breaking into a million pieces, pieces which didn't fit together anymore.
Every single fragment of my SELF wants something different
I don't know who I am, I don't know what I want, don't know what to do.
I'm craving for you, I certainly am, in the strongest and deepest way.
But also, I wish I could get rid of this need of you...
I wanna run away and I so wanna stay...
I wanna love you and I wanna stop loving you...
Tears are running through my warm skin, warmth that comes from my perception of you.
Ambivalence, ambiguity, incoherence, confusion, fragmentation.
All of them sharing a space, all of them invading me...
I wanna be a whole, I wanna be perfect...
But that's impossible since the day I stopped being THAT to you...
Diana

viernes, abril 07, 2006

Mi fantasía...

Siempre soñé con vivir en un cuento de hadas donde la magia existiera, donde el amor lo fuera todo y donde la perfección fuera real. En mi ambición de vivir mi sueño, transformé la realidad en una fantasía.
Te conocí y traté de volverte un personaje de mis cuentos, el cual tenía poderes mágicos, el cual era perfecto y el cual tenía un único deseo en esta vida: amar a alguien. Me encantaba pensar que pudiera ser cierto, que todo era posible y nada era irreal. Volaríamos sobre las nubes y dormiríamos entre las estrellas. La magía del amor cambiaría nuestro ser.
Omití que al perderme en mi fantasía me estaba perdiendo de vivirte. Disfrutaba al héroe de mi cuento mas me olvidé de la persona al lado mío. Me regresaste a la realidad en la que me rehusaba a habitar. Me demostraste que el amor va más allá de la perfección, de hecho la mayor parte se encuentra en los errores y las heridas. Me enseñaste que llorar es parte de la magia de sentir.
Parecía que mi vida era infeliz ahora que había descubierto el mundo fuera de mi libro. Había descubierto que podía lastimar a las personas, había aprendido a llorar, ahora sabía que nunca podría entenderte y cumplir todos tus deseos. Conocí la palabra celos y la palabra frustración. Entendí la ambigüedad y la contradicción.
Y sin embargo, parte de mí encontró parte de esa fantasía en la realidad, TE CONOCÍ y TE AMÉ. Y en el mundo real MI AMOR por tí parecía más fuerte y más profundo. Tan diferente que al principio no lo reconocí. Todo era tan diferente, pero a la vez tan conocido. La magía era real, se llamaba sentimientos. La perfección era real se llamaba aceptación. El amor era real, y se llamaba TÚ.
...gracias por regresarme día tras día a la realidad
y a la vez por dejarme vivir mi fantasía llamada tú
Diana

miércoles, abril 05, 2006

iNsOmNiA

I lie down on my bed and close my eyes. Images and sounds arrive to my head. I see you getting inside my conscious dreams. Everything starts flowing around you. My mind gets lost in our memories and my body starts craving for you.
I realize I am not immersed in my deepest dreams, but in my deepest fantasies and most primitive needs. I'm not dreaming, I'm needing you in the strongest way.
Can't sleep anymore, can't supress my emotions. You get my heart beating up so fast. My hands are so warm, they need yours. My lips are so warm... they need yours.
I can't help needing to hug you, to kiss you, to keep you right at my side. Can't help needing you and, definitely, can't help giving up my dreams to my romantic fantasies of you...
...my desire of you is the source
and mean of my lack of sleep
Diana

martes, marzo 07, 2006

Silencio...

Sin palabras me he quedado.
Ya no sé qué más decir.
El silencio se adueña de nosotros, siento que me pierdo cada vez que estoy junto a tí.
El ruido evita que me acerque, mas sigo hablando, porque son esos silencios los que llorando me han dejado.
Todo es un engaño porque ambos sabemos que el silencio ha ganado.
Ensordeció mis palabras, mas dió voz a lo que siento y no puedo controlar.
Quiero dejarme llevar por tí, mas tengo tanto miedo de verte partir.
Ojalá pudieras decirme que no hay nada que temer, pero incluso tú sabes que hay mucho que perder.
El silencio ha ganado, no me importa dejarte ir.
Lo único que importa ahora es que me has permitido sentir.
No importa si lo entiendes, no importa si lo entiendo.
No importa que lo oigas, no importa que lo oiga.
Lo sientes y lo siento
En silencio solos tú y yo.
Sin necesidad de palabras,
tan sólo tú y yo...
Diana

viernes, febrero 17, 2006

Tu Sombra

Al decidir entrar a este lugar nunca te pedí permiso para hacerlo. Parecía que tú me habías dado la llave, pero al parecer no abría la puerta que yo esperaba. Terminé por no abrir tu puerta sino por refugiarme tras aquella en la que esperaba encontrarte y de la que sólo yo tenía la llave.
Al entrar te dejé la puerta abierta, pero olvidé dejar rastro del lugar al que partí. Creí que lo conocías, creí que estarías ahí. Supongo que lo olvidaste o escapaste antes de que pudiese verte.
Después de esperar, por fin logro verte. Estoy feliz de que estés ahí.
¿Qué pasa? ¿Por qué no entras?
¿Acaso no escuchas mi voz pidiendo que vengas a mis brazos?
No lo entiendo, pero te veo dar la vuelta sin dudar. Te alejas poco a poco mientras las lágrimas humedecen mi rostro y congelan mi corazón. Sé que tal vez tus lágrimas también estén cayendo detrás de ese rostro inmutado por viejos dolores. Sin embargo, no logro ver nada más que tu sombra difuminándose lentamente entre los muros que tardaste años en construir.
Ahora estoy aquí sola en un cuarto que ya conozco. El problema es que sin tí no hay luz que me permita verlo ni explorarlo. Debo encontrar mi propia luz. Lo mágico es darme cuenta que mi luz nace de tí, de todo lo que has dejado dentro de mí.
Diana

domingo, enero 29, 2006

MaGiA

Mis sueños: lo más profundo de mi inconsciente. Me pregunto: ¿Cómo llegaste a él? Supongo que de la misma manera que llegaste a mi mundo: por azar y fortuna. Si tan sólo hubiera alguna manera de hacer realidad mis sueños. Ojalá me fuera tan fácil encontrarte a mi lado aquí y ahora, como lo es encontrarte en mis fantasías.
¿Te imaginas? Estar juntos en este momento gracias al poder mágico de los deseos. ¿No sería increíble? Claro que lo sería.

Llevaba días tratando de que con tan sólo cerrar mis ojos, al abrirlos te encontraras frente a mí. Pero no funcionó.
Seguí intentando, tenía que haber alguna forma de hacerlo. Esta vez cerré mis ojos y los mantuve así. !Funcionó! De repente estabas ahí. Estabas conmigo.
Lo maravilloso es que desde ese día no has desaparecido. Noche tras noche, después de repetir el hechizo mágicamente te apareces en mí, dejándome disfrutar de tí siempre que lo desee y recuerde las palabras mágicas.
Diana

lunes, enero 02, 2006

¿ReaLiDaD?

Apareces en mis sueños y comienzas a
narrarme historias maravillosas.
Tu rostro invade mis pensamientos y
comienzas a hablar dentro de mí.
Tu voz encuentra la manera de mezclarse entre
los delicados sonidos del día creando melodías
que siempre había deseado escuchar.
Vuelas con el viento dejando a tu paso
el dulce aroma de la vida.
Las bellas palabras que has escrito
han dado origen a mis propias palabras.

Sin embargo...

Lamento que no puedas ver todo eso que me has hecho sentir y vivir.
Y aunque me encanta encontrarte inmerso dentro de mi supuesta soledad,
Me haría más feliz hallarte en el mundo tangible al que erróneamente llamamos realidad.
En el que no sólo podrías ser testigo de lo que provocas en mí,
Sino que podrías disfrutarlo y compartirlo conmigo.
... Diana

sábado, diciembre 24, 2005

Dulce Voz

Mi corazón palpita tan rápido que pienso que en cualquier momento cobrará vida propia y saldrá volando.
Mi respiración acompaña los latidos de mi corazón como si fuera el viento que lo arrojará por el aire a través de mi pecho.
Sólo dos palabras cruzan por mi cabeza, pero las emociones provocadas por ellas son numerosas, confusas y contrarias.
Estoy aterrada y ansiosa por pronunciar esos fonemas tan poderosos.
Tú DuLcE vOz DeTiEnE ToDo PoR uN iNsTaNtE.
Sin percatarme del cómo y el cuándo, aquellos bellos sonidos que había guardado bajo llave han escapado de mis labios.
La respuesta ante éstos es incierta. Esperaba que huyeras, esperaba que temieras...
...esperaba que mi miedo fuera válido
No sé si en ese momento te das cuenta de lo que dicen esas palabras, pero el saber que puedes oírlas y disfrutarlas es suficiente para mí.
Diana

domingo, noviembre 06, 2005

LoNTaNe STeLLe

Me cuesta tanto entender que las estrellas están destinadas a extinguirse. Es difìcil afrontar el hecho de que día tras día me enamoro más de ellas y que a pesar de eso, y para mi desilusión, no están destinadas a existir en mi mundo. No están destinadas a seguirme en el camino de regreso a casa y mucho menos a alumbrar mis días.

Sin embargo, siempre existirá ese lugar mágico, una noche maravillosa, un punto de encuentro entre mis deseos más profundos y sus anhelos de alumbrar a aquellos que no sólo son capaces de verlas, sino de admirarlas y amarlas por lo que son. Unos segundos para algunos, unos minutos para otros y una vida para pocos. Esos pocos son aquellos que en algún momento de su existencia perdieron el miedo a ver y desde ese momento despertaron a una nueva realidad llena de vida y quedaron inmersos en su belleza. Quedaron condenados a vivir en la luz de la esperanza de que en algún momento dejarían de ser estrellas y, tomándolos de la mano, caminarían con ellos de regreso a casa donde iluminarían sus días para siempre.

Diana

jueves, noviembre 03, 2005

Sueños

Me gustaría entender qué pasó ayer. Me encontraba inmersa en un mundo maravilloso donde no habìa lógica y, por tanto, no existía un deber ser.
Contemplaba el mundo de posibilidades que se abrían frente a mí, feliz de saber que ya no había nada que me impidiera hacer lo que en realidad nunca habìa podido hacer.
Después de unos breves momentos, me decidí a volar libremente y terminar esas historias que nunca tuvieron el final que yo deseaba. Pensé que si lograba hacer que las cosas funcionaran en este mundo, tal vez no necesitaría que funcionaran en ningún otro.
A pesar de tener la posibilidad de cambiarlo todo, no pude ver más allá del horizonte ya conocido. Olvidé que aunque las reglas que regían ese mundo eran diferentes, las reglas que me dominaban en ese mundo seguían siendo las mismas.
Así es que no tuve más que enfrentarme con la más cruel de las realidades: no es la lógica del mundo lo que me impide ver la vida en su totalidad, sino es el mundo de significados que me he creado lo que ha nublado mi vista.
¿Cómo podría ganar una batalla contra algo que nunca existió? Pero peor aún, ¿cómo puedo comenzar una guerra contra la misma persona qué está tratando de terminarla?
Diana

viernes, octubre 28, 2005

Una Vez Más...

Incitada por la esperanza de que esas palabras que hacía un rato no oía fueran ciertas, me dejé llevar por caminos que creía ya estaban olvidados.
Mientras mis pies rozaban piedras que les eran conocidas, yo seguía sin entender por qué ese lugar me era familiar.
Seguía dando pasos sin dudar de mi camino y con la certeza de que esta vez, fuera la primera o la milésima, llegaría a aquél lugar al cual siempre había anhelado llegar.
Conforme más me acercaba a lo que yo creía era el final, el camino mostraba ser infinito. Al parecer nunca sabría si estaba a punto de llegar o si me restaba una eternidad de viaje sin final. De repente, esa emoción que no me abandona ni en sueños se apoderó de mí una vez más.
Todo fue claro, en ese momento recordé todo. Recordé dónde estaba y qué estaba haciendo ahí. Lamentablemente fue demasiado tarde.
El no percatarme a tiempo de que me encontraba en el mismo sitio, no me permitió esquivar esa piedra que viaje tras viaje impide mi llegada a ese, tal vez hipotético, final.
Diana