martes, noviembre 23, 2010
domingo, octubre 24, 2010
martes, mayo 04, 2010
¿Cuándo me han gustado las cosas simples?
viernes, diciembre 11, 2009
En la tiniebla de la soledad
miércoles, mayo 27, 2009
domingo, mayo 03, 2009
¿Un adiós?
sábado, diciembre 13, 2008
domingo, octubre 12, 2008
Prendi noi
miércoles, julio 02, 2008
Abismo
jueves, junio 26, 2008
martes, junio 03, 2008
Sueños rotos
jueves, mayo 29, 2008
Recuerdos sin futuro
domingo, abril 06, 2008
Fin de la Guerra
viernes, febrero 15, 2008
sábado, enero 12, 2008
Un poco de luz
lunes, diciembre 24, 2007
¿Yo?
jueves, noviembre 22, 2007
LoSt...
sábado, noviembre 03, 2007
Needing a Mirror...
miércoles, octubre 24, 2007
viernes, septiembre 28, 2007
miércoles, julio 04, 2007
Sueños III
domingo, junio 24, 2007
Realidad
jueves, junio 14, 2007
domingo, mayo 27, 2007
Un puñado de tí...
lunes, mayo 14, 2007
Instantes
viernes, mayo 04, 2007
Yo...mi propia prisión
miércoles, mayo 02, 2007
UnA pArTe De Mí...
jueves, abril 19, 2007
El Fin
jueves, abril 12, 2007
domingo, marzo 25, 2007
La Noche de mis Sueños
. . .
Después de haber ansiado tanto poder acercarme a él, me dí cuenta de que no sabía si quería hacerlo, pues a veces es más perfecto mantener una ilusión que volver las cosas realidad y enfrentarse con la incongruencia entre lo que fantaseamos y lo que es. Tenía miedo de que ese ser huyera, de que yo no fuera real para él y de que nuestra soledad fuera más fuerte que la compañía.
Sin anuncio alguno, volteó su rostro hacia donde yo estaba. Me quedé paralizada, no había decidido aún y, sin embargo, el universo tomó control e hizo que enfrentara mis miedos y viviera aquello que estaba orquestado para mí en la noche que cambió mi vida. Yo seguía sin poder moverme, pero mis ojos en ningún momento se desconectaron de aquellos ojos que me habían desarmado por completo. Voló lentamente hacia mí, con la misma curiosidad que yo lo habría hecho si mis dudas no me lo hubieran impedido.
Sin más, mi reflejo estaba parado delante de mí, pude ver mi miedo, mi tristeza y mi soledad en un otro que no era parte de mí, pero que al mismo tiempo parecía ser lo que yo era. Parecía algo tan ilógico, tan mágico, era el todo y la nada, me sentí llena dentro de un absoluto vacío en el que mi misma alma se había perdido. Me había convertido en la ausencia y totalidad del universo.
Primero perdí los límites de mi cuerpo, era el agua, las estrellas y el viento. Y aunque fue una experiencia un tanto aterrorizante, podía seguir existiendo. Mis pensamientos, mis sentimientos y mis sensaciones eran lo que me definía realmente, perder mi cuerpo, por tanto, no era perderme. Pero cuando esa indiferenciación entre yo y el mundo se extendió a esas partes que aún me permitían SER, fue cuando sentí que desaparecía, pensé que moriría convirtiéndome en nada. Mi angustia se convirtió en llamas, mi llanto se convirtió en tormenta, yo me convertí en estrella, él se convirtió en mí.
Seguía existiendo, pero mi existencia había adquirido una nueva significación, parecida a todo lo que había sucedido en esa noche extraña. Comprendí por qué aquellos extraños fenómenos que habían acontecido durante las horas anteriores, a pesar de ser completamente irracionales me eran tan familiares y significativos. No sólo me pertenecían, es decir, no sólo eran algo un objeto fuera de mí al que yo poseía; sino que eran YO.
Eso hubiera sido suficiente para llenar un vacío o para vaciar un todo tan abrumador. Mas al descubrir mi todo había perdido de vista el elemento que me había motivado a enfrentar todo eso: encontrarte a tí. ¿Dónde estás? ¿Porque aún no puedo verte? ¿Acaso todo este viaje fue en vano? Nada importa sin tí.
La tristeza me invadió por un momento, todo se volvió gris y un poco siniestro. Abrí los ojos y detuve aquella locura a la que creí estaba lista para recibir. Regrese a mi cuerpo. Caminé hacia la arena blanca y tan sólo me recosté. Lloré y me recubrí de gotas abatidas por el dolor, plasmadas de millones de emociones diferentes.
Unas más intensas que otras. Algunas cálidas, algunas heladas. Todo se lleno de colores, todo se llenó de luz. Era sorprendente que el color de la tristeza que tan monocromático me había parecido, ahora estuviera lleno de vida.
Nuevamente me hallé al borde de mi cama, o eso sentí, pues mis ojos ahora estaban cerrados. El mismo aire cálido que me había despertado e insitado a comenzar mi travesìa, había impregnado nuevamente la atmósfera a mi alrededor. Mis sábanas eran una mezcla arenosa que de vez en cuando cubría mi cuerpo de agua tibia impregnada de un olor irresistiblemente alentador, un aroma que ciertamente llenaba mi ser de un amor puro que elevaba mi alma y colmaba mi corazón.
Mientras el agua cubría mi cuerpo, empecé a sentir un cosquilleo en mi piel. Se extendió poco a poco desde los dedos de mis pies, elevándose por mis piernas, rozando mi vientre, mi pecho; acarició mi cuello, sopló uno por uno de mis cabellos. Mis moléculas se extendieron en la inmensidad del cielo, separándose la una de la otra, parpadeando en perfecta armonía. Cada una de sus voces, cada uno de sus destellos creando una orquesta que tocaba una majestuosa melodía.
Fue hasta ese momento que comprendí todo. ¿Cómo pude ser tan incrédula? ¡Siempre estuviste aquí! Aquella brisa, aquel aroma, aquel calor. Aquella sonrisa espontánea, aquel susurro. Aquel camino, aquella luz. Aquella lágrima, aquella plenitud. Aquel todo y aquella nada.
¡Qué ciega fue al pensar que debía encontrarte! ¡Qué sorda fuí! ¡Qué poca fé tuve en tí!
Y fuí YO la que nunca quiso ver, la que nunca quiso oír, la que nunca quiso creer; la que decidió morir. Fuí yo la que decidió desaparecer el mundo y la vida. La que para hacerlo, se arrancó los ojos y vertió lentamente su sangre sobre la arena.
Y fuiste TÚ quien, a pesar de la traición que cometí al dejar de creer en tí, me dio una segunda oportunidad. Decidiste que yo volviera a ver, a oir, a sentir y a vivir. Me diste tu vida. Vaciaste tu sangre sobre mí, regresando el calor a mi cuerpo y a mi alma. Cediste tu vida con tal de que yo me diera cuenta de aquello que había hecho sin darme cuenta.
Y por qué si todo eso es cierto estás aquí... ¿por qué sigues aquí, si yo también lo estoy?
Diana
MiEdO...
lunes, marzo 12, 2007
viernes, marzo 09, 2007
El Día
domingo, marzo 04, 2007
Dejarme Ir...
viernes, marzo 02, 2007
Veneno
domingo, febrero 11, 2007
Lluvia
miércoles, diciembre 13, 2006
Desaparecí...
jueves, noviembre 23, 2006
Un Duelo Postergardo...
miércoles, septiembre 13, 2006
En Mi
Las olas rompiendo sobre la arena, nuestra orquesta.
Mire el amanecer de tus ojos.
Contemple el ocaso de mi soledad.
La realidad se desvaneció entre tus manos.
El silencio calmó mi ansiedad.